Trayectoria

Video arte

Colombia a examen

23 y 24 de marzo 2007
Video

Conferencia de Miguel González: comisario.

"El video arte en Colombia comienza a practicarse como una opción creativa desde la década del setenta del siglo pasado.

Poco a poco se fue incorporando a la programación de los museos, muestras colectivas por convocatoria y al calendario de oferta de las galerías. Los artistas pudieron registrar imágenes y tratarlas en distintas direcciones. La posibilidad de argumentos políticos y críticos han tenido un protagonismo inevitable en las respuestas visuales y artísticas, dado que el clima nacional ha estado signado por una guerra civil no declarada.

La complejidad del escenario colombiano en el que cohabitan las distintas facciones de la guerrilla, los paramilitares, la delincuencia común y las fuerzas represivas del estado, genera una especial geografía social que oscila entre el optimismo de todos los días y la supervivencia dramática.

El video como medio magnético ha ofrecido la posibilidad de repensar en imágenes urgentes el entorno. Los artistas trabajan su experiencia conceptual y formal afectados inevitablemente por el momento histórico y preocupados por lo multicultural, lo multiétnico, los desplazamientos al tiempo que por atemperar mediante lo visual señales atractivas que puedan funcionar mediante el significado y el significante.

En la atomización de los estilos y los géneros el video se practica apuntado en distintas direcciones. Se ejerce esencialita y racional, esteticista y alegórico, consecuente con los postulados abiertos de las opciones sexuales, atrapando la marginalidad, la violencia, la muerte y señalando igualmente la presencia de las mafias de la droga, el más importante medio de financiación de todos los grupos armados y una de los principales generadores de devastación moral y social.

Los ejemplos que aquí se han traído corresponde en su orden a Elias Heim (Cali, 1966), quien propone en su trabajo Asonada (2003), un sistema de protección al Museo de Arte Moderno de Cali que se convierte en un búnker, ante las posibles amenazas tanto terroristas como climáticas. Heim mediante esta imagen virtual alude a la catástrofe, usando diseños geométricos y dotando al recinto artístico de un equipamento defensivo.

Óscar Muñoz (Popayán, 1951), acude a su propia imagen, Narciso, para hacerla desaparecer, colocando en el centro de los interrogantes a la identidad perdida y la melancolía de la representación. Este artista que ha trabajado sobre la relatividad de la mirada y lo efímero de la apariencia, propone una poética de la transitoriedad. Miguel Ángel Rojas (Girardot, 1946) recicla su serie de fotografías sobre una sala de cine de encuentros homoeróticos y arma su video recorriendo el mismo escenario con una cámara que muestra el lugar vacío, donde se percibe la misma atmósfera de soledad y suspenso. Esta obra titulada Corte en el ojo, delata el alto riesgo que implicaba hacer registros de la vida secreta de los protagonistas.

El video como documento es otra de las modalidades. Rosemberg Sandoval (Cartago, 1959) hace performances dramáticos donde el mismo artista y otros protagonistas aturden al espectador por las acciones conmovedoras que muchas veces están al borde de lo políticamente incorrecto. Su interés por la periferia y la marginalidad ha producido resultados desgarradores que fracturan la conciencia del observador.

En contraste el documental de Lina Hincapié (Tulúa, 1977), titulado Traketolandia (2004), señala algunas de las diversiones que asumen los mafiosos locales dedicados a competencias de motos. Comparsas coloridas con vestimentas propias de pandillas selectivas, acompañadas de amazonas voraces construidos en el quirófano. Ansiosos ejércitos urbanos que comen, beben y consumen estupefacientes y que también hacen parte de nuestro decorado contemporáneo.

El video Cantos o Bocas de Ceniza (2003), corresponden a una serie de responsos muy fúnebres y desgarradores donde el artista, Juan Manuel Echavarría (Medellín, 1947), captura rostros en primer plano que interpretan una melodía compuesta por los protagonistas y que narran una experiencia dolorosa. De hecho, ellos son sobrevivientes de masacres y acciones que se perpetúan en Colombia como uno de los más viles acontecimientos de una guerra descarnada.

El video se muestra así incorporado a las voces y miradas de un arte que va generando memoria. Produce resonancias y temáticas concebidas en las entrañas de una cultura que, pese al permanente desangre, se plantea como un canal de resistencia".